Día 36 - 40 Días de Oración

PERDONADO LIBREMENTE

ISAÍAS 55:6-7

El soñar resulta interesante. En ocasiones, en nuestros sueños adquirimos habilidades que en realidad no poseemos, como la capacidad para volar, grandes riquezas o la fama. Sin embargo, en otros sueños, los dones que damos por sentados nos son arrebatados.

Todos hemos experimentado sueños en los que nos vemos perseguidos sin poder escapar, o en los que intentamos comunicarnos o pedir ayuda desesperadamente, pero nuestra voz parece no funcionar.

Personalmente, estos son los sueños que más me impactan, ya que me hacen sentir impotente frente al mal que me persigue. Cuando pido ayuda y nadie escucha mi llamada, experimento desesperanza y temor. Es por eso que considero este pasaje tan hermoso.

El perdón, aunque es un regalo verdaderamente asombroso, no es el único regalo en este pasaje. Tampoco es el primer regalo que se nos otorga. En su generosa gracia, Dios nos concede la capacidad de buscarlo y llamarlo. ¿Quiénes somos nosotros para buscar al Creador y Juez eterno y encontrarlo? Más aún, ¿quiénes somos para que Él nos escuche cuando lo llamamos? ¿Por qué debería un Dios santo escuchar las súplicas de aquellos que actúan como su enemigo?

De acuerdo con su naturaleza, sus regalos continúan llegando. Dios hace una invitación a los pecadores para que se aparten del pecado y reciban compasión, no justicia. ¡Vaya! El Juez omnisciente y todopoderoso invita a los culpables a recibir el perdón.

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