Día 14 - 40 Días de Oración

ORANDO POR LIBERACIÓN

MARCOS 9:14-29

¿Alguna vez te has encontrado en una situación en la que te sentías impotente para hacer que algo sucediera, pero no sabías por qué? En nuestro pasaje bíblico de hoy, encontramos a los discípulos confundidos. Llevaban tiempo siguiendo a Jesús y habían sido testigos de cómo Dios los usaba para liberar a las personas. Sin embargo, en la historia de hoy, se encontraban impotentes para expulsar demonios. Después de que Jesús libera al muchacho, los discípulos le preguntan en privado por qué no tenían poder. Él les responde: “Este género con nada puede salir sino con oración y ayuno” (Marcos 9:29).

Jesús relaciona nuestra autoridad espiritual con la oración. Les está diciendo a Sus discípulos que es necesaria una vida de oración constante. ¿Notaste que Jesús no se detuvo a orar antes de expulsar al demonio? Sin embargo, su vida Pero su vida estuvo marcada por la oración constante. Una y otra vez leemos en las Escrituras que Jesús se retiraba a orar. La oración de la que habla Jesús no es solo cuando nos enfrentamos a una necesidad, sino antes de que esta se presente. Es una oración que fortalece los músculos de la fe y nos acerca más a Jesús.

Recuerda que nuestra autoridad proviene de nuestra posición como hijos de Dios, que estamos sentados con Cristo en el reino celestial, pero nuestra autoridad práctica se manifiesta a través de la oración. Cuando ayunamos y oramos, nuestra dependencia pasa de depender de nuestras propias habilidades a depender del poder que todo lo sostiene y de la presencia de Jesús.

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