Día 10 - 40 Días de Oración

ORANDO POR LA SANIDAD

SANTIAGO 5:14-16

Jesús comparte tu sufrimiento. Jesús siente el peso de tus penas. Te ve cuando el dolor y la herida se aferran a tu espíritu, cuando se arraigan como el musgo en una roca. Él está ahí cuando recibes noticias difíciles, de esas que generan años de incertidumbre, de esas que oscilan entre la esperanza y el miedo. Jesús se acerca cuando tus decisiones te han dejado roto y desesperado y lleno de culpa y vergüenza. Siempre está contigo y te llama para que acudas a Él, el Sanador.

Jesús habla, y las tormentas pierden su poder. Con su toque, desaparecen las fiebres y se detienen las hemorragias. Jesús grita, y los muertos resucitan. Cuando se dice la verdad con amor, bondad y compasión, las almas atribuladas son liberadas y los corazones rotos son reparados. Cuando se le pide con fe, Jesús sana. Él libera de los enredos de los planes del enemigo. Su autoridad rompe todas las cadenas de la mentira y el pecado. Jesús anhela que todas las cosas sean nuevas, cuando el dolor, la enfermedad, el pecado y las penas ya no formen parte de tu historia.

Cuando las heridas son profundas, recuerda quién tiene el poder para recordarte quién eres. Cuando el miedo a lo desconocido amenace con consumirte, recuerda quién dio origen a los planetas y aún te sostiene en Su mano. Cuando tu lucha contra el pecado te intimida y te atormente, busca las manos llenas de cicatrices por los clavos que ya te liberaron. Clama en oración a Jesús, donde te esperan la sanidad y la liberación.

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